Sunday, December 10, 2006

Seguir el rastro

La transición entre el III y el II milenios en la Europa occidental y central está marcada por la aparición reiterativa de un tipo de alfarería característico de amplia distribución geográfica, ya que está documentado en la península Ibérica, Francia meridional, Bretaña, Países Bajos, islas Británicas, Alemania, Checoslovaquia, Polonia, norte de Italia, Sicilia y Cerdeña. Se trata de una cerámica bien cocida, con decoración a base de motivos geométricos, efectuados a peine o puntilleado, dispuestos en bandas horizontales separadas por bandas sin decorar (estilo paneuropeo, también llamado internacional o marítimo), impresiones horizontales de cuerda sobre toda la superficie del vaso, o metopas e incisiones. Su forma típica es un vaso con perfil en S y forma acampanada, y su máximo desarrollo ha sido fechado en la actualidad entre 2200 y 1700 ane.
En el momento que comienza a difundirse la primera metalurgia del cobre, se detecta en toda Europa Occidental la presencia de una cerámica de unas características muy especiales, que contrasta con sus coetáneas. De estilo barroco, decoración incisa, desarrollada en franjas alrededor de los pucheros, con temas geométricos sencillos, rayados alternos, verticales u oblicuos, aspas, dientes de lobo, ajedrezados, etc. Técnicamente estas decoraciones se realizan sobre la arcilla blanda mediante incisiones, estampado, con peine, e incluso con aplicación de cuerdas. En la mayoría de los casos, las incisiones que produce la decoración se rellenan con pasta blanca, la cual da una impresión semejante a si la cerámica hubiera sido pintada. Por su forma se la denomina vaso campaniforme.
Su vasta expansión ha planteado dos problemas importantes: por un lado, el problema de cuál es su origen; por otro, cuál es el motivo y camino de su difusión. Según la opinión de Sangmeister, quien el 1961 elaboró la teoría del "reflujo", el movimiento expansivo del vaso campaniforme no era único, sino doble: dicho movimiento se originaría en el Tajo con el vaso de tipo marítimo o internacional y de ahí llegaría a Bretaña, Holanda, Rin, Bohemia. En esta zona, el vaso campaniforme hubo de incorporar influencias de la cerámica de cuerdas, lo que daría lugar a nuevos tipos cerámicos, con una decoración más compleja y variada, que, a su vez, retornarían a su lugar de origen junto con artefactos centroeuropeos (puñales de cobre o brazales de arquero de piedra). Esta teoría entraría en crisis con las primeras dataciones de radiocarbono. En 1974, Harrison sugiere un doble origen independiente -en Portugal y en Centroeuropa- para el campaniforme. En el Tajo se originaría el grupo del vaso campaniforme marítimo, y en Centroeuropa el de decoración cordada, cada uno de ellos con su propia metalurgia del cobre. En la actualidad, el vaso campaniforme tiende a analizarse como un elemento relacionado con el status social de determinados individuos.
Más que de una cultura se trata de grupos humanos movidos por un denominador común: la metalurgia del cobre, y el elemento material más representativo que ha llegado a nuestros días para poder rastrearlos en sus desplazamientos por Europa sería el vaso campaniforme.
Para algunos autores estos grupos serían auténticos mineros en busca de nuevos yacimientos que explotar. Para otros, se trataría más bien de mercaderes de metal, con lo que tendríamos hacia el año 2500 ane establecido en Europa el comercio de los metales.
Esta cerámica, y una serie de elementos asociados a ella en las sepulturas -puñal de lengüeta, brazal de arquero, objetos de oro y de ámbar-, son considerados como un símbolo de rango social, quizá relacionado con una determinada bebida.
Bibliografía
Blanco Bosqued, María Concepción (1994), El horizonte campaniforme de la región de Madrid en el centenario de Ciempozuelos. Madrid. Universidades y Academias. 296 p. Martínez Santa Olalla, J.(1972), Obras maestras hispánicas de la cerámica de estilo campaniforme. Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

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